El lunes 16 de enero de 2017 ha sido un día especial: Toda la comunidad educativa, políticos, asociaciones, ongs... hemos arropado a Rubén en un acto maravilloso en el que se le ha dado su nombre a la biblioteca del centro.
Os dejo las palabras que pronuncié en dicho acto en las que incluyo un cuento de Rubén.
El Elefante.
Aquel elefante pesaba más de cinco mil kilos, la gente en el circo aplaudía, su fuerza se presumía terrible; sus patas, enormes, iban dejando un cráter profundo en la arena de la pista. A pesar de la estampa llevaba la cabeza agachada y seguía mansamente al domador que, en unos segundos, lo ató a una gruesa cadena que, a su vez, estaba atada a una minúscula estaca clavada en el suelo y que incomprensiblemente el elefante no hacía nada para arrancarla y soltarse de su condena.
Jorge Bucay, en su cuento el elefante encadenado nos cuenta que el gran elefante, ese enorme elefante de más de cinco mil kilos y una fuerza brutal, ya no hace nada por escapar porque desde pequeñito estuvo amarrado y, ahora, que ya tiene las fuerzas suficientes para romper incluso las cadenas ni siquiera lo intenta porque abandonó esa idea ante lo inútil de miles de intentos cuando era un elefantito más débil que una pequeña estaca de madera.
La vida.
La vida no solo hay que vivirla, hay que lucharla; No hay que verla pasar, como testigos de algo que ocurre a tu alrededor, como seres encadenados a la estaca de las rutinas. ¡Tenemos tantas oportunidades para participar, para ser intérpretes reales de nuestra vida!
Hoy es un día para disfrutarlo, hoy es un día muy especial para ser actores de un acto único: Asignar el nombre de la biblioteca de nuestro colegio a un alumno y, a la vez, a un escritor, que vive apasionadamente la vida, a nuestro Rubén.
Rubén
El, y en este pronombre incluyo a su mamá, la incansable Liliana, como una sombra que siempre le acompaña, Rubén nos demuestra cada día con su sonrisa y su sabiduría, el valor de la Educación (con mayúsculas) , la importancia del respeto ,de la tolerancia , de la convivencia… Rubén, Un niño sencillo que sueña y vive los sueños pasándolos minuciosamente a papel con precisión de orfebre, creando historias, poemas y cuentos maravillosos.
La biblioteca
Decía Borges, tan admirado por Rubén, “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”. Sé que para Rubén también la biblioteca es un paraíso donde se esconden la fantasía, los viajes y cientos de amigos, incluso amigos japoneses, que transitan por sus libros.
Pero para soñar, para crear un mundo de palabras, no hace falta la biblioteca de Alejandría, ¡ni mucho menos! , con cuatro estanterías, algunos libros y mucha ilusión e imaginación podemos ir “¡Hasta el infinito… y más allá!” acompañando al valiente Buzz Lightyear dando un paseo por las estrellas. Creo, además, …..y esto es un secreto….., que algunos locos de la literatura llevamos una pequeña biblioteca andante en el corazón, ¡tan cercana!, ¡tan apasionante! Y Rubén es uno de esos locos bajitos como cantaba Serrat, que miman y aman la literatura.
Los libros
Cuando lees los libros de Rubén entras en un mundo mágico , personal y divertido, descubriendo en sus cuentos y sus historias la transformación en escritor de un niño que es capaz de imaginar y crear personajes que cobran vida, su vida; “Yo soy la novela, yo soy mis historias” gritaba Kafka y el escritor se ocultaba entre las palabras, las comas, los puntos y las metáforas; Como hace Rubén en cada página, como hace cuando lee sus cuentos, especialmente “El tercer y cuarto ojo que se refleja en el espejo” de su libro “Sensación de pureza”:
“Cuando nos miramos en un espejo ¿qué vemos? Nos vemos a nosotros mismos reflejados en un cristal, en otras palabras: nos estamos observando a nosotros mismos .Sin embargo, ¿qué ocurriría si te observara otra persona?
El día 23 de marzo a las 8,30 de la mañana, Julio Máximo (nombre derivado de Lulius Maximus, un nombre original del latín) se estaba preparando para ir a trabajar.
En este caso como Julio vivía solo decidió mirarse a sí mismo y claro ¿cómo se logra eso? ¡Mirando a través de un espejo! ¡No hay otra manera! Bueno os miento en realidad si hay otras maneras tales como mirar tu reflejo en el agua o en cualquier lugar donde se produzca un reflejo tuyo, pero el caso es que la única forma de mirarse a uno mismo es mirando un reflejo.
Un hombre tiene dos ojos, sin embargo Julio captó dos ojo más; dos ojos que no deberían estar ahí y sin embargo estaban; dos ojos que le miraban fijamente. Un sudor producido por el miedo y la tensión recorrió toda la cara de Julio hasta llegar al cuello, pero esto no fue todo: Julio pronto se puso a temblar, porque claro ¿qué haríais vosotros en esa situación?
Los ojos cada vez se hacían más grandes y pronto eran del tamaño de los otros dos. Además apareció una segunda cara, una segunda nariz, una segunda boca y una tercera y cuarta oreja. Para abreviar utilizaremos la .frase: apareció un segundo cuerpo.
Julio se vio entonces metido en una situación peligrosa y fue obligado a tomar la decisión más difícil de su vida: levantó su brazo primero lentamente y luego rápidamente, lo dirigió hacia el cuerpo que reflejaba el espejo y lo derribó. Ahora volvía a ser una sola identidad; una sola persona reflejada por el espejo.”
Y termino tras leer este precioso cuento, primero con una dedicatoria, la que me escribió Rubén en su segundo libro, unas palabras que reflejan su sensibilidad, su valor y su grandeza:
Y en segundo lugar, con un poema de su libro “Las cartas y otros cuentos impredecibles”:
“Siddharta se harta de lo que todos le enseñan,
Pero pronto se dará cuenta de que todos sueñan,
Pues una vez despierto,
Se volverá perfecto.”
Rubén te queremos.
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