En el reciente Congreso Educa del CITA , Fernando Trujillo (@ftsaez) comentaba que "Enseñar es una actividad no resuelta, en constante modificación".
Si trasladamos esta expresión al currículo y nos lo imaginamos como una linea de tiempo, donde la sucesión constante de contenidos se traslada desde los objetivos a los criterios de evaluación (o viceversa) y la actividad de cada docente señala una manera de hacer o de entender los procesos de enseñanza y aprendizaje (metodologías), observaremos que cualquier punto de esa línea se puede mover y no es definitivo ni en el espacio ni en el tiempo.
Esta movilidad es la que da sentido al hecho educativo y posibilita la transversalidad y la integración de la educación no formal e informal, lo que podría ser el "no curriculo" que abre las puertas a las emociones y al mundo de la creatividad. Hablamos, por tanto, de un modelo de currículo abierto y flexible.
Por tanto para que se genere cambio hay que ir más allá de lo estrictamente curricular, entendido como enseñanza reglada sometida a unos contenidos específicos, hay que contar con todos esos procesos paralelos y transversales que enriquecen la enseñanza y tomar como referente las necesidades ,intereses, actitudes y aptitudes de los alumnos y alumnas. Hay que pensar en una comunidad educativa participativa y colaboradora que facilite los aprendizajes: las familias no son el enemigo.
La llegada de las competencias básicas al marco educativo europeo, posteriormente al nuestro con la LOE, permiten la "visibilidad" de la acción en los procesos y dota de comprensión esa línea de tiempo, que en definitiva es lo que esperamos que nuestro alumnado consiga en su periplo educativo.
Desde esta perspectiva el trabajo colaborativo y cooperativo se convierte en necesidad para la consecución del éxito escolar, difundiendo las tareas de aula y avanzando en complejidad desarrollando proyectos integrados que cohesionen el proyecto curricular de cada centro educativo.
Llegados a este punto, quizás el elemento más cuestionado por imprescindible, es el docente, auténtico agente de transformación con su creatividad, su formación, quién debe implantar las inercias de cambio e implantar, a través de su actividad nuevos modelos educativos. Un profesorado que no es cuestionado ni asesorado en muchos casos, al que se le exige el desarrollo de un currículo que se deriva y confunde con el temario de un libro y poco más.
La palabra clave: iniciativa. Una iniciativa para formarse en la nueva realidad que rodea a la escuela, hablamos de TIC , redes, metodologías cooperativas, intereses compartidos, proyectos integrados, competencias ... No hace falta la dependencia de formación reglada, solo se necesita interés por aprender y conseguir una profesionalidad que se da por descontando en muchos casos y que , por desgracia, no es ni mucho menos así. ¿Cuantos compañeros y compañeras ponen su dinero y se desplazan a congresos, eventos, encuentros para consolidar su formación? Conozco a muchos, pero desafortunadamente son pocos, muy pocos. Quizás una de las claves del éxito del profesorado se encuentre en la autoformación, en la posibilidad de descubrir nuevas maneras de entender esto de la enseñanza.
Porque conseguir alumnos y alumnas competentes es mucho más complejo que instruir , es poner en marcha un proceso de acción y comprensión, de adaptación, a este mundo en constante cambio. Donde cada niño y niña requieren del máximo de atención individual para alcanzar el éxito escolar y social, y es en los centros educativos donde esta formación debe iniciarse y fortalecerse.
Si trasladamos esta expresión al currículo y nos lo imaginamos como una linea de tiempo, donde la sucesión constante de contenidos se traslada desde los objetivos a los criterios de evaluación (o viceversa) y la actividad de cada docente señala una manera de hacer o de entender los procesos de enseñanza y aprendizaje (metodologías), observaremos que cualquier punto de esa línea se puede mover y no es definitivo ni en el espacio ni en el tiempo.
Esta movilidad es la que da sentido al hecho educativo y posibilita la transversalidad y la integración de la educación no formal e informal, lo que podría ser el "no curriculo" que abre las puertas a las emociones y al mundo de la creatividad. Hablamos, por tanto, de un modelo de currículo abierto y flexible.
Por tanto para que se genere cambio hay que ir más allá de lo estrictamente curricular, entendido como enseñanza reglada sometida a unos contenidos específicos, hay que contar con todos esos procesos paralelos y transversales que enriquecen la enseñanza y tomar como referente las necesidades ,intereses, actitudes y aptitudes de los alumnos y alumnas. Hay que pensar en una comunidad educativa participativa y colaboradora que facilite los aprendizajes: las familias no son el enemigo.
La llegada de las competencias básicas al marco educativo europeo, posteriormente al nuestro con la LOE, permiten la "visibilidad" de la acción en los procesos y dota de comprensión esa línea de tiempo, que en definitiva es lo que esperamos que nuestro alumnado consiga en su periplo educativo.
Desde esta perspectiva el trabajo colaborativo y cooperativo se convierte en necesidad para la consecución del éxito escolar, difundiendo las tareas de aula y avanzando en complejidad desarrollando proyectos integrados que cohesionen el proyecto curricular de cada centro educativo.
Llegados a este punto, quizás el elemento más cuestionado por imprescindible, es el docente, auténtico agente de transformación con su creatividad, su formación, quién debe implantar las inercias de cambio e implantar, a través de su actividad nuevos modelos educativos. Un profesorado que no es cuestionado ni asesorado en muchos casos, al que se le exige el desarrollo de un currículo que se deriva y confunde con el temario de un libro y poco más.
La palabra clave: iniciativa. Una iniciativa para formarse en la nueva realidad que rodea a la escuela, hablamos de TIC , redes, metodologías cooperativas, intereses compartidos, proyectos integrados, competencias ... No hace falta la dependencia de formación reglada, solo se necesita interés por aprender y conseguir una profesionalidad que se da por descontando en muchos casos y que , por desgracia, no es ni mucho menos así. ¿Cuantos compañeros y compañeras ponen su dinero y se desplazan a congresos, eventos, encuentros para consolidar su formación? Conozco a muchos, pero desafortunadamente son pocos, muy pocos. Quizás una de las claves del éxito del profesorado se encuentre en la autoformación, en la posibilidad de descubrir nuevas maneras de entender esto de la enseñanza.
Porque conseguir alumnos y alumnas competentes es mucho más complejo que instruir , es poner en marcha un proceso de acción y comprensión, de adaptación, a este mundo en constante cambio. Donde cada niño y niña requieren del máximo de atención individual para alcanzar el éxito escolar y social, y es en los centros educativos donde esta formación debe iniciarse y fortalecerse.
Has descrito MUY BIEN el proceso que está viviendo gente docente. Y sí, es mucha, más allá del, llevas razón, escaso porcentaje, porque junta da clase a miles de personas y trabajan con todavía más si incluimos a las familias. Si suponemos que hay unas 500, que es un cálculo prudente, estamos hablando de ¿50.000 alumnos y alumnas?
ResponderEliminarEs verdad que el elemento central de todo ese proceso está en darnos cuenta de que el currículum es un mero marco y no llenarlo es una pena. Y llenarlo, como muy bien dices, no de más currículum sino de usos, conexiones entre ideas, problemas que resolver, decisiones que tomar. Y emociones, cierto...
Me gusta mucho, pero que mucho, ese currículum que viaja hacia el alumnado, para que sea este quien lo llene, quien lo desarrolle.
Ya solo falta encontrar una evaluación digna, dignificadora, que muestre rumbos y lleve a querer hacer, y querer hacer con otra gente.
¿Valdrá esta?
http://proyectate.ning.com/profiles/blogs/una-metodologia-compartida
El día que podamos lograr que ¿50.000? alumnos y alumnas compartan la narración de su experiencia con nosotros, el día que podamos incluir a las familias en ese relato, ese día... Ese día quizá pase algo. Espero... Creo... :)
Gracias José Luis. Es cierto lo de la evaluación, autentica herramienta de cambio y seguimiento de procesos que , ay! , se limita solo a establecer hoy día diferencias y estadísticas cuantitativas ! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, por tu reflexión. Como dices, el elemento clave es el docente y la iniciativa es lo que estos "locos" de iCOBAE llaman la capacitación. Es cierto que conocemos a muchos, pero que son pocos para extender esta manera de entender la educación. Porque no nos damos cuenta que no son sólo las competencias, es que estas nos llevan a otro mundo completamente distinto del que vivimos día a día en las aulas. Yo ya he reflexionado varias veces en mi Direblog sobre este tema y la verdad es que es un contraste muy grande entre realidad y capacidad y entre los que lo intentamos y los que no tienen ni idea ni quieren tenerla: Pero siempre nos quedarán los EABE, Novadors, Aulablog...
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