Desde mi perspectiva los cambios educativos reales no van paralelos a las expectativas que algunos docentes imaginamos y, en algunos casos, ponemos en práctica.
El espacio escolar es enormemente complejo y miope: Sólo vemos lo que tenemos muy cerca , pero estamos tan dispersos, tan desorientados... incluso algunos imaginamos que más allá existe una respuesta que no vemos, que solo intuimos. Un panorama de planes, proyectos, programas... leyes, normativas y órdenes hacen casi imposible recorrer un camino diáfano y muchos se refugian en la seguridad de las rutinas cotidianas. Unas rutinas que se consolidan y condenan cualquier intento de innovación.
No creo que desde el sistema educativo se haya diseñado una estrategia tan perfecta para conseguir la apatía del profesorado, para conseguir elevar el fracaso del alumnado que deambula por los centros sin un mínimo de interés y el máximo de desgana.... o para conseguir el mayor descrédito de la profesión docente. No, no puede ser... el sistema no puede ser tan perfecto, tan maquiavélico... Aunque la dejadez, la falta de previsión, la mala planificación y los intereses políticos han conseguido esos mismos nefastos resultados.
Pero, por suerte, también hay profesores utópicos e inquietos, los más creativos y comprometidos, que se niegan a ser parte de ese fracaso y buscan soluciones. Son , por desgracia, minoría; pero son los mejores y con una enorme capacidad de trabajo. Estos en sus centros no sólo tienen que ir contracorriente en muchos casos, sino que además tiene que luchar para creer en sus principios, aún encontrándose en la más absoluta soledad. Pero no están solos. Son capaces de generar cambio educativo y saltar la valla del conformismo.
En este último año he conocido a muchos compañeros y compañeras que encajan en ese perfil de compromiso. Primero a través de las redes sociales, el trabajo en red; posteriormente en diferentes encuentros (desvirtualizaciones) .Compañeros y compañeras que se convierten en amigos y que ayudan a seguir adelante. He descubierto que se puede ser autónomo, que puedes autogestionar tu formación y enriquecerte con el conocimiento de los demás y viceversa.
Ojalá esta minoría se expanda. La innovación tiene que partir necesariamente del profesorado. En nuestras manos está la enorme responsabilidad de conseguir una mejor educación. Es el momento de exigirle al sistema cambios reales y políticas educativas coherentes y dejar de esperar soluciones partidistas y sin sentido.
Acabo citando un artículo de Antonio Muñoz Molina
""Y autocrítica, insisto, para no ceder más al halago, para reflexionar sobre lo que cada uno puede hacer en su propio ámbito y quizás no hace con el empeño con que debiera: el profesor enseñar, el estudiante estudiar haciéndose responsable del privilegio que es la educación pública,..."" http://xn--antoniomuozmolina-nxb.es/2011/05/hora-de-despertar/
Acabo citando un artículo de Antonio Muñoz Molina
""Y autocrítica, insisto, para no ceder más al halago, para reflexionar sobre lo que cada uno puede hacer en su propio ámbito y quizás no hace con el empeño con que debiera: el profesor enseñar, el estudiante estudiar haciéndose responsable del privilegio que es la educación pública,..."" http://xn--antoniomuozmolina-nxb.es/2011/05/hora-de-despertar/
Grande tu post, Miguel.
ResponderEliminarComo dices, ojalá esta minoría se expanda...
Tenemos que seguir...
Un abrazo.
Juanma gracias...!!Tenemos que seguir....!!!
ResponderEliminargracias un artículo interesante y gracias por colgar el artículo de Muñoz Molina... de lectura obligatoria lo ponía yo :)
ResponderEliminarMiguel: Por enlace del Twitter he tenido acceso a tu artículo. Pienso que es muy apropiado para combatir el pasotismo y despertar ese espíritu inconformista y renovador que debe ser la seña de identidad del docente. Gracias por transmitirnos tu responsabilidad.
ResponderEliminarHaciendo pensar, como siempre :), toda la razón no todo es culpa de la administración, los políticos, las familias o el mismo alumnado. Nosotros somos una parte importante del problema y por suerte de la solución, la mejor medicina, como bien dices, es esa autocrítica que no practicamos demasiado a menudo.
ResponderEliminarUn abrazo Miguel y gracias por ser uno de esos maestros utópicos e inquietos.
Gracias por vuestros comentarios Cristina,Raimundo y Carlos.
ResponderEliminarSé que a veces desanima... que cuando tenemos tantas expectativas que chocan con realidades que mutilan nuestro trabajo, hay desánimo, pero no podemos ni debemos caer en eso. Autocrítica, trabajo y fe en lo que hacemos. Y adelante! Precioso tu post, Miguel!!Besazos.
ResponderEliminarEn ello estamos, Miguel... Internet y las redes sociales nos da una buena parte del apoyo mutuo que necesitamos. Ya había gente que lo tenía claro, hace tiempo:
ResponderEliminarTomás Moro (1516): “en la república de Utopía hay muchas cosas que deseo, más que confío, ver en nuestras ciudades” (Moro, 1994, 156).
"Sin sueño ni ilusión, sin creer en la posibilidad de alcanzar las utopías, ninguna práctica educativa, ninguna práctica en nuestras vidas puede tener éxito” (Aubert et al., 2004, 136).
"Las filosofías que mejor nos ayudarán serán las que, sin ignorar ni minimizar el peso de la materialidad, no se inhiban [...] ante el papel de lo espiritual -no necesariamente en la dimensión religiosa del término- de los sentimientos, de los sueños y de las utopías. [...] Cambiar es difícil, pero es posible” (Freire, 2006, 104).
Un abrazo... mil gracias!!!
@luisutopia
Vaya, vaya, Miguel con que las minorías? Hablemos en serío, a quién le interesa las mayorías sino es para gobernar al margen de ellas. En la educación siempre ha habido minorías magníficas, el asunto vital es el convertirla en corrientes presentes que permitan que esas prácticas se conviertan en mayorías. Me parece que en este momento mejores posibilidades de hacer visible esta situación y, eso es gracia a las redes sociales. Bueno un poquito de rollo, pero gracias a tu pedazo de artículo. Estupendo como tu práctica educativa.
ResponderEliminarQuillo nos vemos en el EABE11