He tenido la suerte de trabajar 19 años en un centro de difícil desempeño, el CEIP San José Obrero , de Sevilla. Años de trabajo muy duros y a la vez enriquecedores, años en los que hemos sido capaces con mucho esfuerzo, mucho tesón y , sobretodo, mucha ilusión, de conseguir índices aceptables de equidad en el terreno educativo. Además la convivencia ha sido positiva, teniendo en cuenta la diversidad y complejidad de nuestras familias.
A pesar de todo ello no podemos sentirnos felices, nuestros alumnos , una mayoría de nuestras familias, aún sufren el acoso de la marginalidad y la pobreza ; La desestructuración familiar alcanza cotas alarmantes, siendo más del 60% las familias que tienen problemas de separaciones, desahucios, cárcel, paro ... La población inmigrante (50% de nuestro alumnado) se encuentra en la encrucijada de volver a su país de origen y no tener medios para ello, por lo que la situación que viven es angustiosa y al límite de la supervivencia, además la marginalidad del alumnado del asentamiento de El Vacie se ha hecho crónica y ha entrado en un bucle del que es difícil , si no imposible, salir.
Este comienzo de curso, con los recortes de plantilla y la "imposición" de un profesor de francés (¿Para que queremos un profesor de francés?) que por cierto aún no ha llegado al centro, la desilusión ha entrado de lleno en las aulas.
Desde la dirección hemos "luchado" para conseguir el máximo de recursos posibles para seguir funcionando, para seguir trabajando por la equidad y gracias a estas peticiones hemos conseguido un profesor "extra" para este curso (uno de los tres que nos han quitado en los tres últimos años) . Parece mentira que tengamos que estar "pidiendo" lo que por derecho nos corresponde.
Y aquí paramos. Paramos el discurso porque nos entran las dudas y la rabia :
-¿Realmente estamos cambiando/educando a la población de nuestro centro?
-¿Para qué sirve todo el esfuerzo que estamos haciendo si no hay un apoyo de la administración con las familias, si la administración nos trata a todos por igual obviando las enormes carencias que sufrimos y no da continuidad a nuestro trabajo, entendiendo que somos centros con una especial dificultad añadida ?
-¿Para qué tanto esfuerzo si nuestro alumnado va a ir al instituto y en muchos casos fracasará por falta de apoyo y refuerzos?
-¿Estamos "ocultando" inconscientemente la realidad de las familias , de los problemas que tenemos día a día, porque los "salvamos" con nuestro trabajo en este entorno tan complejo?
-¿Le estamos "haciendo el juego" a la administración dando respuesta a cualquier problema que surja, aunque no tengamos los medios y los recursos para ello, entendiendo que es nuestro deber ,con un mal sentido de la profesionalidad , apagar todos los fuegos aunque más bien es nuestra integridad como personas la que nos hace actuar así porque nos duele ver el panorama que tenemos ante nuestros ojos?
!Qué injusto es tratar a todos por igual!
Sí hay recortes y los centros que más los sufren son los que tienen más carencias, la población más pobre; la gente marginal no interesa y , además, no protesta, "solo" necesitan cubrir sus necesidades básicas : los libros, el comedor... no importa la calidad, no importa la Educación ... !pan y circo!
No es desilusión es tristeza, así es imposible romper el ciclo de la pobreza, al contrario , se refuerza la marginalidad. y nos desmoralizamos del todo porque vemos objetivamente que estamos "dándole pedales a una bicicleta sin ruedas", que las familias son cada día más incultas, más pobres y que nuestros alumnos recortan aún más sus posibilidades para salir con un mínimo de éxito del sistema.
P.D.
Te invito a que leas el reciente informe de la ONG Save the children . Este demoledor informe nos abre los ojos ante la triste realidad que se vive en las escuelas de este país, sobretodo en aquellas que conviven con la pobreza y la marginalidad en entornos desfavorecidos como la nuestra.
Sin comentarios.