Hay vocablos que definen procesos y marcan por si mismos a un individuo, una entidad, un colectivo... Una de estas palabras es estigma.
La mala fama se hace resistente aún más si se impregna de connotaciones sociales y falsas creencias, de impactos visuales negativos, de bulos sinsentido.
Cuando un centro educativo tiene un estigma, una señal, una marca, difícilmente podrá evitarla porque los fundamentos de su razón de ser en la mayoría de los casos no tienen validez y, mucho menos, defensa ante una población que "cree" que ese sello es inevitable, sobretodo porque desconoce la realidad del propio centro; Aunque pasen los años el estigma persistirá, esa es una premisa inevitable , indeseable y casi ineludible, por muchos esfuerzos que se haga para cambiar esas inercias.
En la escolarización , un momento clave del devenir de un centro,este hecho se constata y se visualiza: Hay colegios que tienen una demanda que sobrepasa en mucho a la oferta de plazas y otros que ni siquiera llegan a cubrir la mitad de las mismas, estando unos de otros separados apenas 800 metros. Literalmente los padres se enfrentan por conseguir plaza en un centro saturado al mismo tiempo que huyen de un centro del que han oído que es malísimo, sabiendo solo de ambos colegios lo que han oído, lo que le han dicho , lo que se rumorea....
Da igual que ese centro malísimo tenga un excelente equipamiento, una plantilla que trabaja bien y por proyectos, que los resultados del alumnado que ha pasado al instituto sea muy bueno, que las evaluaciones externas hayan sido excelentes en todas las áreas, que cuente con una ratio de 20 alumnos por aula, que ofrezca todos los servicios para conseguir una cómoda conciliación familiar. Esa realidad interior , aunque se proclame a los cuatro vientos, no traspasa los desvencijados y feos muros del centro, las familias son "fieles" a las creencias de que este centro es "malo" sin saber por qué, quizás porque tenga extranjeros ( los otros ahora también) , quizás sea porque tiene niños gitanos (los otros ahora también) , o a lo mejor porque exteriormente es mucho más feo que el otro colegio que está mimado por el ayuntamiento y le ha puesto hasta unos macetones con flores preciosas... no lo entiendo y por eso existe el estigma, porque no se entiende, ni hace falta entenderlo: Solo se supone.
Situaciones como estas me indignan y me superan, sobretodo cuando los padres ejercen presión hacia la administración para que aumenten las unidades en esos centros con alta demanda en detrimento de la supresión de las aulas en colegios estigmatizados o, lo que es más grave, admitiendo el aumento de ratios, !! hasta 29 alumnos por aula!!, con el consentimiento y aprobación de unos padres satisfechos por haber escolarizado a su hijo en aquel centro, en perjuicio de la calidad de la enseñanza y de la convivencia. En este caso también da igual lo que ocurra dentro del centro, como sea ese centro elegido, porque justificarán su opción "hablando bien" del mismo aunque no sea así. La situación se perpetua...
Y no podemos hacer nada. Impotentes asistimos todos los años al mismo baile de cierre de fechas, de reuniones para recolocar alumnos y de apertura de puertas a esas familias que nos han elegido de segundo plato en el proceso de escolarización porque en el centro buenísimo no han obtenido plaza. Así es y así lo contamos.
Seguiremos trabajando duro, soñando con una Educación de calidad, viviendo el día a día con decenas de proyectos, conviviendo, sonriendo y satisfechos de realizar una tarea imprescindible para nuestros niños y niñas. Porque el CEIP San José Obrero es único e irrepetible y los que llegan no se van, ni quieren irse. Esa es nuestra manera de luchar contra el estigma.
!!No te pierdas este vídeo, dice mucho de como somos!!
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Y el resultado de las Pruebas de Evaluación de diagnóstico de este curso pasado.... !!Seguimos!!!
En comparación con nuestro entorno:
La mala fama se hace resistente aún más si se impregna de connotaciones sociales y falsas creencias, de impactos visuales negativos, de bulos sinsentido.
Cuando un centro educativo tiene un estigma, una señal, una marca, difícilmente podrá evitarla porque los fundamentos de su razón de ser en la mayoría de los casos no tienen validez y, mucho menos, defensa ante una población que "cree" que ese sello es inevitable, sobretodo porque desconoce la realidad del propio centro; Aunque pasen los años el estigma persistirá, esa es una premisa inevitable , indeseable y casi ineludible, por muchos esfuerzos que se haga para cambiar esas inercias.
En la escolarización , un momento clave del devenir de un centro,este hecho se constata y se visualiza: Hay colegios que tienen una demanda que sobrepasa en mucho a la oferta de plazas y otros que ni siquiera llegan a cubrir la mitad de las mismas, estando unos de otros separados apenas 800 metros. Literalmente los padres se enfrentan por conseguir plaza en un centro saturado al mismo tiempo que huyen de un centro del que han oído que es malísimo, sabiendo solo de ambos colegios lo que han oído, lo que le han dicho , lo que se rumorea....
Da igual que ese centro malísimo tenga un excelente equipamiento, una plantilla que trabaja bien y por proyectos, que los resultados del alumnado que ha pasado al instituto sea muy bueno, que las evaluaciones externas hayan sido excelentes en todas las áreas, que cuente con una ratio de 20 alumnos por aula, que ofrezca todos los servicios para conseguir una cómoda conciliación familiar. Esa realidad interior , aunque se proclame a los cuatro vientos, no traspasa los desvencijados y feos muros del centro, las familias son "fieles" a las creencias de que este centro es "malo" sin saber por qué, quizás porque tenga extranjeros ( los otros ahora también) , quizás sea porque tiene niños gitanos (los otros ahora también) , o a lo mejor porque exteriormente es mucho más feo que el otro colegio que está mimado por el ayuntamiento y le ha puesto hasta unos macetones con flores preciosas... no lo entiendo y por eso existe el estigma, porque no se entiende, ni hace falta entenderlo: Solo se supone.
Situaciones como estas me indignan y me superan, sobretodo cuando los padres ejercen presión hacia la administración para que aumenten las unidades en esos centros con alta demanda en detrimento de la supresión de las aulas en colegios estigmatizados o, lo que es más grave, admitiendo el aumento de ratios, !! hasta 29 alumnos por aula!!, con el consentimiento y aprobación de unos padres satisfechos por haber escolarizado a su hijo en aquel centro, en perjuicio de la calidad de la enseñanza y de la convivencia. En este caso también da igual lo que ocurra dentro del centro, como sea ese centro elegido, porque justificarán su opción "hablando bien" del mismo aunque no sea así. La situación se perpetua...
Y no podemos hacer nada. Impotentes asistimos todos los años al mismo baile de cierre de fechas, de reuniones para recolocar alumnos y de apertura de puertas a esas familias que nos han elegido de segundo plato en el proceso de escolarización porque en el centro buenísimo no han obtenido plaza. Así es y así lo contamos.
Seguiremos trabajando duro, soñando con una Educación de calidad, viviendo el día a día con decenas de proyectos, conviviendo, sonriendo y satisfechos de realizar una tarea imprescindible para nuestros niños y niñas. Porque el CEIP San José Obrero es único e irrepetible y los que llegan no se van, ni quieren irse. Esa es nuestra manera de luchar contra el estigma.
!!No te pierdas este vídeo, dice mucho de como somos!!
Y el resultado de las Pruebas de Evaluación de diagnóstico de este curso pasado.... !!Seguimos!!!
En comparación con nuestro entorno: