domingo, 10 de octubre de 2010
ESCUELA Y CONCILIACIÓN FAMILIAR
Paola sólo tiene dos años, en noviembre cumple tres. Todos los días llega al colegio a las 7.30 de la mañana.Su mamá la trae en brazos, de su mano cuelga una pequeña mochila de Hello Kitty.
Las monitoras del aula matinal la reciben con una sonrisa. Aún falta más de una hora para que comiencen las clases. Un vaso de leche caliente y unas galletas es el desayuno de hoy, es su desayuno preferido, sobretodo si las galletas son con chocolate.
A las 9 la llevan a su fila, todavía no conoce muy bien a sus amiguitos de clase pero si le gusta su profesora Lola a la que sonríe.
A las dos entra en el primer turno de comedor, hoy hay lentejas, bueno no le gustan mucho, pero tiene hambre y se lo come casi todo,ella sola!! A las tres se va con Pablo a jugar en la ludoteca.
Son las 4 y tiene que ir a actividades de inglés, la recoge la monitora, que también le dará informática hasta las seis. Desde las seis hasta las siete está apuntada al deporte en la escuela, pero está tan cansada...
Son las siete y cuarto. Su mamá no ha podido venir a recogerla y se va de la mano de su tía que hoy, como otras veces, la recoge porque su mamá sigue trabajando... mañana será otro día...
!!Qué más puedo decir!! :(
Yo le cambiaría el titulo al post por "Escuela y Aparcamiento familiar"
ResponderEliminarEs una pena la situación de mucho de nuestro alumnado, pero tampoco tengo clara la solución
A situaciones como esta hemos llegado,... Una pena pero es así la realidad de muchos niños/as diariamente.
ResponderEliminar¿Hemos mejorado en la atención a nuestros hijos con tantas facilidades y posibilidades?. Me temo que en la mayoría de los casos no.
La única solución posible, aunque reconozco que no es fácil, es la de reducir la jornada laboral. No es fácil, pero tampoco imposible. Si hay padre y madre, uno de los dos debería solicitar reducción de la jornada laboral. Con reducción de sueldo, sí, pero ya no habrá que pagar ludoteca, ni monitora de inglés, ni aula matinal, ni... Mucho mejor con la madre o el padre. Y si solo está la madre, las combinaciones son mucho más difíciles, pero yo buscaría un colegio cerca del trabajo para poder recogerla a mi hora de comer, y alguien que la cuidara en casa directamente para que al menos no estuviera todo el día fuera...
ResponderEliminarNo es nada fácil. También soy mujer, trabajadora, y madre de tres niños. Es complicado, pero los primeros años de vida de nuestros hijos son únicos, no se repiten, y merecen el mayor de los esfuerzos (hasta económico) para que no pasen sin más mientras nuestros hijos se convierten en "niños-llaveros".
El problema está en el título. Descrito con la precisión de un entomólogo por Miguel. La solución la dan los colegios que día a día prestamos un servicio decente para gente que no tiene otra opción. Quiero pensar que la mayoría de las familias que utilizan nuestros servicios asistenciales, además de los educativos es por necesidad. Y creo el origen de todo son los horarios laborales que tenemos, de locura...
ResponderEliminarLos comerciales obligan a los turnos. Los nuevos empleos para personas dependientes... también. En mi centro más de un 70% de los niños tienen un 100% de bonificación de comedor. Hay que darse cuenta de las necesidades de las mayoría de estas familias, de origen extranjero, o nacionales, dedicadas a los servicios, a la limpieza o el cuidado de hogares que son los ajenos.
Me apunte a la incertidumbre de juicios de María Barceló. No sé...
Hola Miguel
ResponderEliminarNo puedo resistirme a comentar. Me parece una situación durísima, para la niña, y para la madre (y para el padre). Seguramente habrá, como ha habido siempre, madres irresponsables, inmaduras o incapaces (y padres). Y también hay madres (y padres)que trabajan hasta que no pueden más, porque no está el patio para ponerse farruca con el jefe o la jefa. Eso es lo que yo encuentro triste. Esa es la realidad de tanta gente que no trabaja en la función pública,sino en el comercio, en los hogares de otras familias, a turnos en las fábricas...
Todo lo que ocurre después del comedor no es la escuela, es el aparcadero, lamentablemente. Si fuera la escuela, esa niña podría tener un plan, algo sensato, organizado por profesionales que tratarían de dar una solución a un problema de asistencia social. La escuela es (puede ser) algo más grande que los maestros y maestras (esto ya lo he escrito alguna vez) Como es el aparcadero, podemos darnos con un canto en los dientes, porque esta niña está a cubierto y con adultos que se hacen cargo. Hay otras alternativas: la calle,la propia casa... pero si la madre está trabajando, esas no son alternativas plausibles.
El problema es social, no escolar. Y es un problema muy grave, porque cuando una decide ser madre, no puede predecir en qué condiciones tendrá que ejercer su maternidad.
Yo vivo en un pueblo. La escuela a la que han ido mis hijos (que acaba a las 16:30) tiene matinal desde hace solo 3 años. Van 8 niños y niñas. Todas las demás familias se organizan para llevar a sus hijos e hijas a la hora de empezar las clases (las 9) o para que vayan solos. Hay un niño que lleva yendo solo desde los 5 años. Su madre no lo acompaña a la escuela, ni lo deja en la guardería matinal. La solución no está en cerrar el aparcadero, sino en tratar cada caso de manera individual, y que aparcar deje de ser un concepto manejable porque transformamos lo negativo que tienen en algo positivo.
Tal vez mi visión es naïf. Pero creo que cuidar de los niños y niñas es cosa de todos. Por eso te agradezco que escribas este post, porque este debate me parece muy,muy necesario.
Un abrazo,
María
A mi no me gusta nada la palabra aparcamiento, y me parece injusta para muchas familias que no tienen otras opciones y que desean y agradecen infinitamente que quienes se ocupan de sus hijas e hijos en los largos horarios en que tienen que trabajar para poder apenas malvivir lo hagan con mimo, con cariño, con dedicación e intentando además de cuidar, educar como intuyo en la entra.
ResponderEliminarSon muchas las madres y padres que se sienten culpables por tener criaturas llavero, pero no tienen la suerte de poder aceder a un trabajo de horario reducido y con muchas vacaciones y tiempo libre para disfrutar de la familia.
Efectivamente es un problema de nuestra época, pero si quienes rodean a las niñas y niños los miman, los quieren, los cuidan y los respetan el problema disminuye.
UFFF, es una situación que desgraciadamente están viviendo muchos niñ@s, la incorporación de la mujer al mundo laboral ha ido en detrimento de la vida familiar,se podría compaginar el trabajo de los padres para que los hijos estuviesen atendidos y no atiborrarlos de actividades extraescolares.Es penoso pero es una realidad.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios. Quizás haya que mirar a otros paises que plantean otras alternativas a los horarios de trabajo.
ResponderEliminarEsta situación pasa por un verdadero cambio social...
ResponderEliminarMirad,antes pegar a los niños o a las mujeres se consideraba doloroso, pero sin embargo normal.
Hoy en día eso está gracias a Dios penado por la ley, e incluso dar un azote a nuestros hijos no hace sentirnos culpables.
Ahora, si la sociedad, los políticos, las empresas,los trabajadores que quieren tener cargos de responsabilidad, los profesores, las feministas... cambiara, y se diera cuenta que los niños son un tesoro, y que si su infancia mejora, el futuro de nuestra sociedad será mejor...
Entonces, se podría pensar, que movimientos como el ecofeminismo, son los adecuados. En éste, se piensa que la incorporación de la mujer al trabajo es lícita, pero no a cualquier precio. Si nuestros hijos pierden tanto, mejor cambiar el rumbo...
Bueno, seguimos en contacto.
Cruel Miguel, muy cruel. Pero realmente ¿hay muchas familias que hacen uso de esos recursos, por comodidad?. Sinceramente, no lo creo.
ResponderEliminarLos primeros 5 años de la vida de mis hijos (tengo 2, uno con 7 y otro con 5), estaba trabajando en una empresa en la que llevaba 12 años. Salía de casa a las 7:15 de la mañana y salvo una horita que aparecía por casa a comer, no volvía hasta las 21:00.
Tuve la suerte de aprovechar un "momento tonto" y conseguir la ansiada jornada intensiva de 8 a 15 (no sin antes pagar un alto precio). Mi madre se vino a vivir cerca de mí para echarme una mano, primero con uno y dos años más tarde con los dos.
A pesar de la tranquilidad que me aportaba el hecho de que fuera ella la que estuviera a su cargo (no hubo día que a las 7 de la mañana no estuviera en casa, ni quejas, a mis hijos no les faltaba de nada, incluso diversión, los llevaba y traía bajo lluvía y a pleno sol, se cuidaba mucho de educarlos "como a sus padres le gusta",...), ni una sola mañana paso, sin que al asomarme a su cuarto, antes de irme, cuando aún dormían, me sobrecogiera un sentimiento de culpa, por no estar allí, con ellos, llevándolos al cole, disfrazándolos para la fiesta, viéndolos partir de excursión con aquella mochila, que con tanto cariño les había preparado la noche anterior, no, no había día que no me fuera con un nudo en la garganta.
Me tenía que conformar con hacer coincidir mis vacaciones con el principio de curso, para al menos acompañarlos los primeros días y conocer un poquito a los que iban a hacerse cargo de su educación. Y a los que estaré eternamente agradecida, porque siempre estuvieron ahí, para mis hijos y para mí.
Cuando el más pequeño iba a entrar en 3 años, la abuela, pobre, no daba más de sí, había que tomar una decisión y yo lo tenía claro. Si no era ella, era yo. Así que en 2008 dejé mi trabajo y me dediqué a ejercer de madre las 24 horas. El momento, no fué muy afortunado, la crisis ya empezaba a palparse, pero no me arrepiento, económicamente estamos muy fastidiados, pero cada día intento disfrutar de cada minuto con ellos. El curso pasado no podría contar los días que tuve que salir corriendo con la mudita para el peque que se había hecho pipí, porque ya se sabe, lo de los monitores en infantil, pues... como que no.
Si mi situación hubiera sido menos afortunada en ese momento, tendría que haber hecho uso de los únicos recursos de los que disponemos, habría tenido antes o después, que volver a la jornada habitual, usar el aula matinal, el comedor y las extraescolares y buscarme la vida, en esos días en los que no hay cole, el niño está enfermo, se ha hecho pipí, porque eso no son excusas en un trabajo.
No creo que los padres de Paola, tengan una opción menos triste. Seguro que partirán cada mañana con un nudo en la garganta y llorarán muchas veces camino del trabajo.
La explotación llega a los menores. Gracias a nuestros dirigentes y empresarios/as, entre otros/as.
ResponderEliminarLástima.
Pues la solución no es tan difícil, miremos al resto de paises de Europa y dejemos de comer a las 15 y de cenar a las 10 de la noche. España is different pero debemos cuanto antes adaptar nuestros horarios al del resto de los paises. En esta adaptación se integra también la de la jornada laboral, porque no nos engañemos los niños pasan horas y horas solitos en el cole y cuando son recogidos por sus padres estos últimos no están con el cuerpo para jugar, compartir y disfrutar en familia.
ResponderEliminarLa solución pasa por levantarnos antes y conseguir que la empresa entre por el aro de la jornada continuada, de esa forma lograremos una vida más humana para niños y padres.
El cole así no es cole es aparcamiento :(
Totalmente de acuerdo con Elena Barrios. El tema no es sencillo, ya que la sociedad en la que vivimos tiene las normas que tiene, pero como siempre las normas se pueden romper. Eso sí, renunciando a muchas cosas. Nosotros hemos practicado, y practicamos lo de la reducción de jornada (otros no pueden y otros no quieren), y es duro por partida doble: supone ocuparse de los niños más tiempo (que no siempre es tan bonito como lo pintan en los dibujos de Caillou) y ganar menos dinero (que con tres niños implica renunciar a muchas cosas a nosotros y a ellos). Pero es cierto que son edades que no se repiten y si hemos tenido hijos no es para que otros los cuiden. La solución, como en casi todo, tendrá que salir de la sociedad, porque si esperamos a que esto lo solucionen los políticos...
ResponderEliminarLa sociedad, somos todos, políticos, empresarios, trabajadores, funcionarios...
ResponderEliminarYo, por mi parte, tengo suerte, he tenido excedencia el primer año de mi hija. Pero podría haber optado por la abuela, y unos dineros en el banco. Por otro lado, me han ofrecido un trabajo con horario flexible, y aunque sea por dos o tres meses, he optado por cogerlo... Ya sé que no todos tienen esas oportunidades..
Sin embargo, el pasado domingo discutía sobre por qué dejé de trabajar en una empresa, con jornada partida, donde mis jefes hacían de jefes hasta las 23h... pues mira, está claro, trabajar y ser responsable NO PASA POR UN HORARIO DE EXCLAVO... Y muchos, los que dirigen las empresas o el país, piensan que si no eres capaz de sacrificar tu horario, otros lo harán por tí... Entonces, tendré que abandonar ese sueño de "ser alguien" en mi trabajo, para serlo en mi casa para mis hijas...
Un saludo
DE NUEVO.
Hola de nuevo.
ResponderEliminarHe aportado algunas consideraciones más en http://misdimesydiretes.blogspot.com/2010/10/escuela-y-conciliacion-i.html
Un saludo,
María
Totalmente de acuerdo contigo, Mercedes. Y contigo, Valerio. Es cierto que no es fácil renunciar a la vida laboral durante un tiempo por cuidar a los hijos, y no todo el mundo puede. Pero tampoco todo el mundo quiere: supone renunciar a otras comodidades y bienes materiales.
ResponderEliminarNo es cierto que haya que ganar mucho para poder dar a los hijos lo que piden. Lo primero y más básico que demandan y necesitan los niños es cariño. Y su mayor placer de diversión es jugar con sus padres.
Ojalá haya muchos debates como éste que nos sirvan para ir cambiando poco a poco el gran engaño del siglo XX para las mujeres. Saludos.
Has tocado uno de los problemas más urgentes de nuestra sociedad y de los que menos se habla, al menos seriamente. La escuela está viendo como día a día somos más un servició de guardería o como me comentabas el otro día un centro multiservicios, donde lo que es menos importante son las niñas y niños que van y su educación, nuestra sociedad piensa a corto plazo y solo le interesa cubrir necesidades, sin pensar en el futuro.
ResponderEliminar¿Falta de interés? en mi opinión la tendencia, favorecida por todos los sectores económicos y administraciones, impide ver a las familias que se están perdiendo ver crecer a sus hijos, tener una vivencias que les enriquecerían tanto a ellos como a los niñ@s, ya que les aportarían unos valores y ejemplos que actualmente no podemos pretender que den unas monitoras de comedor o cualquier persona que se encargue de las actividades extraescolares (que suficiente hacen). Estamos viendo por primera vez niños y niñas, totalmente desmotivados, impasibles delante de desgracias o conflictos y preocupados únicamente por satisfacer sus necesidades y la cosa va a más.
Hay estudios realizados que demuestran que trabajar más horas no aumenta la productividad, si patronal, sindicatos y administración trabajasen en ponerse de acuerdo en una conciliación laboral y familiar ganaríamos todos.
Lástima que de momento solo piensen que la escuela es la solución y la que tiene que parar el golpe :(
no comment !!!... estamos equivocados de todas todas en nuestra forma de vida... tendremos que buscar soluciones colectivas ...no hay otra...
ResponderEliminarDifícil... para colmo, yo trabajo muchas tardes-noches a media hora de aquí y el papá pasa noches fuera por trabajo. Cuando llegan a casa (3 y 6 años), yo salgo. Se quedan con el padre o con una niñera que es como de la famiia. Se quedaban... está de baja por embarazo. Y ahora? No tengo familia que me dé apoyo y trabajo por horas, cuando hay trabajo.
ResponderEliminarLa solución (o el parche) es decirle no (yo) a muchas ofertas de trabajo (noches y sábados) y apretarse el cinturón. Y correr mucho, mucho, de un lado para otro.